Hipertensión
Se define como una elevación crónica de la tensión arterial, que consiste en la presión con que circula la sangre por el interior de las arterias. La tensión o presión arterial presenta dos valores extremos, la presión máxima o “sístólica” que se obtiene en cada contracción del corazón y la presión mínima o “diástólica”, que se estima con cada relajación cardiaca.
Se considera que existe hipertensión arterial cuando la tensión sistólica es superior a 140 mm de Hg y/o la tensión diastólica sea mayor a 90 mg de Hg.
Las personas con hipertensión no suelen presentar síntomas pero su padecimiento produce daños cardíacos y problemas renales.
El tratamiento de la hipertensión incluye hábitos dietéticos, sociales y el tratamiento farmacológico. Entre las recomendaciones se encuentran las siguientes:
- Consumir una alimentación cardiosaludable, controlando el consumo de sal y aumentando el consumo de verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales. Se debe intentar aumentar el consumo de potasio y agua.
- Realizar ejercicio físico regularmente (al menos 30 minutos de ejercicio aeróbico por día).
- Abandonar hábitos negativos como fumar o una ingesta elevada de alcohol.
- Reducir el estrés o situaciones de nerviosismo.
- Controlar el peso e intentar permanecer en un peso corporal saludable.
No obstante, lo más habitual es seguir, además, un tratamiento farmacológico para el control de la hipertensión. Hay muchos medicamentos diferentes se pueden emplear para tratar la hipertensión arterial. Algunos grupos de fármacos antihipertensivos son los diuréticos, inhibidores del sistema renina angiotensina (IECA), antagonistas de los receptores de angiotensina (ARA-II), antagonistas del calcio y los beta-bloqueantes.
Referencias
