Normas sociales alimentarias
Las normas sociales hacen referencia al conjunto de reglas de comportamiento que se consideran deseables. Estas normas no son innatas ni universales, sino que varían de una cultura a otra porque son transmitidas por agentes de socialización como la familia o los medios de comunicación e interiorizadas por las personas.
En el ámbito de la alimentación, las normas sociales se refieren a lo que puede y no debe comerse (puede comerse conejo pero no gato, por ejemplo), a la manera como debe prepararse la comida (tanto la manera de cocinar como los ingredientes a utilizar), al sabor que deben de tener los alimentos (más o menos picante, por ejemplo), y cómo debe consumirse la comida (horarios de las comidas, plato único o varios platos, cómo comportarse mientras se come, etc.). Mediante estas normas, cada cultura estructura su alimentación de una manera particular. Así, por ejemplo, la salchicha es un tipo de alimento consumido en muchas culturas, pero su sabor, los alimentos con que se acompaña, o el momento del día adecuado para su consumo (en unas culturas para cenar y en otras para desayunar, por ejemplo) se ajusta a unas reglas o un orden específico difícil de modificar.
El cumplimiento repetitivo de estas normas genera los hábitos alimentarios o las costumbres alimentarias de una sociedad.
Dos rasgos importantes de la sociedad actual son la diversidad de normas alimentarias a las que se enfrenta el comensal, y la dificultad para hacerlas coincidir con las normas dietéticas (las recomendaciones basadas en el conocimiento científico para tener una buena salud).
Referencia
De modernidades y alimentación: comer hoy en España. Horizontes Antropológicos
