Los sulfitos son derivados del azufre que se utilizan como aditivo conservante de los alimentos.
Los sulfitos se emplean principalmente para la conservación de:
- Zumos de uva, mostos y vinos, así como para la sidra y el vinagre.
- Las salsas de mostaza y en los derivados de fruta.
- Las conservas vegetales y crustáceos, ya que por su actividad antioxidante inhiben las reacciones de oscurecimiento que se producen por los enzimas de estos alimentos.
En el vino, los sulfitos se encuentran de forma natural a bajos niveles. Posteriormente se añaden más para su mejor conservación. Esta práctica se viene realizando desde hace siglos y su finalidad es inhibir bacterias y mohos, evitar la oxidación del vino y preservar el aroma y frescor, garantizando así su calidad. Un exceso de sulfitos en el vino también empeora su calidad, ya que pierde color y toma un olor picante y altera su sabor.