La intervención pública en el sector primario (agricultura, ganadería, pesca, y silvicultura) de los países que forman la Unión Europea se ajusta a las normas que establece la Política Agraria Común.
La PAC tiene dos pilares: la política de mercados y el desarrollo rural. La política de mercados acapara la mayor parte del presupuesto y regula muchas de las producciones agroganaderas mediante subvenciones al productor, precios de intervención o cuotas de producción. El desarrollo rural se encuentra más descentralizado y son los propios estados o, en su caso regiones, las que diseñan los programas de desarrollo rural.
Ambos tipos de intervenciones contribuyen a determinar la retribución económica de los productores, el impacto ambiental de la actividad agro-pesquera, la calidad de las materias primas agrarias o de los alimentos, y la rentabilidad de la industria alimentaria.
Referencia