Radicales Libres
Son especies químicas, bien átomos, iones o moléculas, que poseen uno o más electrones desapareados en su órbita externa, por lo que son muy reactivos.
La inestabilidad de estos radicales libres provoca la necesidad de robar un electrón a otras moléculas para conseguir dos electrones pareados y, por tanto, su estabilidad electroquímica. Como resultado, ocurre que la molécula que cede el electrón se convierta, a su vez en un radical libre, provocando una reacción en cadena. Los radicales libres tienen una vida media muy corta, de microsegundos, pero su capacidad reactiva origina un importante daño a las moléculas y membranas de las células.
Las células de nuestro organismo originan de forma natural como productos del metabolismo, radicales libres que son controlados o neutralizados a través de diversas enzimas, como la catalasa o dismutasa, o por los agentes antioxidantes, como la vitamina E, la vitamina C o el Selenio. El peligro de daño celular y orgánico ocurre cuando el organismo se expone a contaminantes externos como la contaminación, el humo del cigarrillo u otras fuentes de hidrocarburos aromáticos, por ejemplo, o incluso una elevada producción interna, y el sistema de protección antioxidante del organismo no es suficiente como para frenar estas reacciones en cadena.
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