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Síndrome de realimentación

De Wiki-Elika

Cuando se reintroduce la alimentación a una persona que ha estado durante un período prolongado sin comer, si esta reintroducción no se hace progresivamente, ocurrirá un cambio brusco en la concentración de electrolitos en sangre que se introducirán en la célula, con retención hídrica celular, cambios fisiológicos que incluyen arritmias, consciencia alterada, convulsiones, depresión cardíaca y respiratoria, e incluso potencialmente puede causar la muerte si no se trata correctamente.


La causa de este síndrome de realimentación es el cambio metabólico y hormonal que ocurre con una introducción de alimentación rápida. La realimentación causa un aumento de glucosa (azúcar) en sangre que deriva en un aumento de la insulina. Esta hormona estimula las vías anabólicas, es decir, la síntesis de glucógeno, grasa y proteínas. Estos procesos requieren de minerales como el potasio, fosfato o el magnesio y cofactores como la tiamina. Este paso de los electrólitos hacia las células causa hipopotasemia, hipomagnesemia e hipofosfatemia. La insulina también tiene un efecto natriurético (excreción de sodio por orina) en los riñones. Como consecuencia se retiene sodio, lo que ocasiona retención hídrica y expansión del volumen hídrico extracelular.


Así ocurre una reducción de los niveles séricos de fosfato, potasio y magnesio, que ya estaban agotados previamente por la falta de alimentación. En consecuencia, los signos clínicos del síndrome de realimentación ocurren debido a los déficits funcionales de estos electrolitos y un cambio brusco en la tasa de metabolismo basal.


Una corrección rápida de la malnutrición puede producir un cambio en los líquidos y sobrecarga del volumen intravascular, que puede precipitar una insuficiencia cardíaca congestiva en pacientes malnutridos con atrofia miocárdica. Se recomienda pues una introducción progresiva de las comidas.


La mayoría de los investigadores aconsejan corregir los desequilibrios electrolíticos antes de re-alimentar al paciente. Los rangos propuestos para las primeras comidas se encuentran entre un 25 y un 75% del gasto calórico en reposo. Los informes de adultos recomiendan empezar a 20 kcal/kg/día o 1.000 kcal/día. En pacientes pediátricos y adultos la ingesta calórica se aumenta entre un 10 y un 25% al día o entre 4 y 7 días hasta alcanzar el objetivo calórico. El avance de la nutrición se basa en la estabilidad bioquímica. El dicho «empezar despacio e ir despacio» es una buena guía para el abordaje del paciente malnutrido. Durante el apoyo nutricional no se restringen las proteínas. Varios estudios muestran que una ingesta proteínica alta respeta la masa muscular magra y ayuda a su restauración. Durante el período inicial de realimentación deben restringirse el sodio y los líquidos (1.000 ml/día o menos) para prevenir una sobrecarga hídrica.


Referencias


Judy Fuentebella, John A. Kerner (2009) Síndrome de realimentación. Pediatr Clin N Am 56, 1201–1210.

Hisham M Mehanna, Jamil Moledina, Jane Travis (2008) Refeeding syndrome: what it is, and how to prevent and treat it. Clinical Review. BMJ, 336, 1495-1498. doi:10.1136/bmj.a301

Guidelines for the prevention and treatment of adult patients at risk of developing refeeding syndrome (NHS)